Artículo publicado en el periódico Haaretz del 19 de octubre 2016 (Haaretz es un periódico israelí, escrito también en inglés: http://www.haaretz.com/israel-news/1.748159):

Las fuerzas de seguridad de Israel informaron que el martes una mujer palestina fue fusilada en Cisjordania cuando intentaba acuchillar a policías fronterizos.  Según la información, por parte de la policía, la mujer de 19 años, procedente de la ciudad de Asira al-Shamaliya, cerca de Nablus en el norte de Cisjordania, se movió en dirección a ellos cuando estaban estacionados en el cruce de Tapuah. Gritaron y dispararon al aire para detenerla. Al no obedecer, le dispararon causando su muerte.

Artículo en el periódico Ma’an News  del 19 de octubre 2016 (Ma’an News es un periódico palestino: https://www.maannews.com/Content.aspx?id=773636):

Este miércoles, fuerzas de seguridad de Israel fusilaron a una mujer joven, palestina en el checkpoint militar de Za’tara en Nablus, en el norte de Cisjordania ocupada, presuntamente después de haber intentado acuchillar a policías fronterizos israelíes. La mujer asesinada fue identificada por la gente del lugar como Rahiq Shaji Birawi, de 23 años, procedente del pueblo de Asira al-Shamaliya, que se encuentra al norte de Nablus. La portavoz policiaca israelí Luba al-Samri leyó un boletín diciendo que Birawi se acercó a los guardias fronterizos en el cruce de Tappuah – nombre israelí del área alrededor del checkpoint – donde los guardias dispararon al aire para detenerla. La mujer “desobedeció la orden”. Según dicen, Birawi, sacó un cuchillo y las fuerzas de seguridad de Israel abrieron fuego y “neutralizaron” a la mujer.

Desde octubre 2015, 234 palestinos han sido matados por soldados y colonos israelíes. Octubre 2015 fue el comienzo de una ola de violencia que se extendió sobre el territorio palestino ocupado e Israel.

Por desgracia, noticias como estas se pueden leer casi a diario. La gente tiene que vivir con esto, además de soportarlo con impotencia. A nosotros nos afecta mucho, porque el cruce de Za’tara está muy cerca de nuestro pueblo, pasamos casi a diario por ahí, pero lo que más me afecta es el recuerdo de un acontecimiento de hace 3 semanas: una mujer vieja, musulmana, se movía lentamente y sin preocupación hacia el checkpoint militar, nuestro chofer, bajó del coche y dio un grito de alerta. Tal vez, sin él, a la mujer, le hubiera pasado lo mismo que a la chica.

Con estos antecedentes, estando en aquel lugar, queríamos visitar a la familia, de la mujer asesinada, para conocer su historia y compararla con la versión oficial, emitida por Israel. Dudamos mucho en hacerlo, por respeto al dolor que a la familia embargaba. Al final, ayer, le pedimos una cita al alcalde de Asira al Shamaliya, quien nos recibió y organizó un encuentro con el padre de la mujer asesinada.

El alcalde nos informó del horrible acontecimiento, también comentó que Rahiq (que al español se traduce como “miel”) nunca participó en la política: “es una mentira que ella quería acuchillar a los soldados. Fue un asesinato a sangre fría. Por favor, cuenten al mundo entero lo que verdaderamente pasó. Ellos son criminales”. Añadió que hace un año, un chico, de Asira al-Shamaliya, también fue asesinado por los militares, quienes justificaron el hecho diciendo que tenía algo en la mano. Ese algo era una botella de agua.

Después de la plática con el alcalde, un director de escuela, jubilado, nos llevó al encuentro con el padre de Rahiq. La casa de la familia se encuentra a las afueras del pueblo de Asira al-Shamaliya, sobre una colina muy inclinada, junto a varias casas. El padre, un hombre de unos 50 años, con la expresión triste, nos esperaba frente a su casa, acompañado de dos nietos. Nos invitó a pasar a una sala donde, como única decoración, está el poster con la foto de su hija. La nuera, quien apareció después, nos trajo café. Posteriormente el padre comenzó a relatar:

Mi hija tenía 19 años, estaba casada. Vivía desde hace 9 meses en Estado Unidos, junto con su esposo, quien es de Jerusalén, pero hace varios años vive en Estados Unidos. Vino de vacaciones hace un mes y el 19 de octubre viajó a Ramallah para hacer trámites legales, después regresaría a Estados Unidos. Salió en un service (microbús amarillo, es una especie de taxi común, que sirve como medio de transporte público en toda Cisjordania). Después, el chofer, contó que los militares lo pararon en el cruce de Za’tara. Le dijeron que toda la gente joven tenía que bajar para mostrar su carnet de identidad, luego, podrían subir al microbús nuevamente. Rahiq fue la última en ser revisada. De repente los soldados gritaron: “tira tu bolsa al piso y levanta los manos”. En ese momento comenzaron a disparar.

El chofer del taxi se encontraba a pocos metros de mi hija, lo vio todo con sus propios ojos. Dispararon 16 veces, 14 balas impactaron su cuerpo. En seguida tomaron una foto. La pasaron en la televisión. Mi hija tenía un cuchillo en su mano derecha. Eso es una falsificación, porque ella era zurda, además, es imposible que un muerto sostenga un cuchillo.

Con la voz baja, el padre, continuó: “tuve 11 hijos, ahora son 10”. Él, trabajó en Israel con un permiso, al igual que sus hijos, después de ese 19 de octubre, se los quitaron.

En cuanto al cuerpo de su hija, refiere que cuando lo militares matan a palestinos, el procedimiento es llamado comúnmente “castigo colectivo”, por ello, hasta el momento, los israelíes no le han entregado a su hija.

Así, el padre, aprovechó para darnos el mensaje siguiente: “¿por qué retienen su cuerpo? Si ustedes la mataron… ¡devuélvanos su cuerpo!”.

Consternados le preguntamos al señor, el por qué no habían pedido un video, si el cruce de Za’tara está lleno de cámaras. Respondió que ya lo habían hecho, pero las autoridades dijeron no tener esa evidencia. Añade que hay muchos testigos, pero no se atreven a hablar porque todos saben de las represalias.

Ghassan, nuestro chofer y traductor, interviene: “la gente llama el cruce de Za’tara el cruce de la muerte. Un error, por muy pequeño que sea, puede costar la vida”. La nuera, intentando resolver algo, nos preguntó si podíamos ayudarles a liberar el cuerpo. Para los musulmanes creyentes es muy importante enterrar a los miembros de familia, pero eso no estaba en nuestras manos, así que tuvimos que negarnos.

Abatidos, nos despedimos. Lo único que podemos hacer es contar lo escuchado a tanta gente como sea posible, aunque no esté escrito en los periódicos….

Disclaimer: Me encuentro en Palestina como voluntaria, mandada por Diakonia Austria, con el programa: Servicio ecuménico por la paz en Palestina e Israel / Ecumenical Accompaniment Programme in Palestine and Israel (EAPPI), del Consejo Ecuménico Mundial de las Iglesias / World Council of Churches (WCC).

 

El texto aquí presentado es mi opinión personal y no necesariamente la de la organización arriba mencionada.

P.D. El artículo que acabas de leer, fue escrito por una compañera de REDMyCZ, muchos meses antes de su publicación en este blog. Esto no quiere decir que la violencia y brutalidad hayan desaparecido. Este texto es una mirada a la cotidianidad del pueblo palestino quienes resisten a pesar de cualquier embate.

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Ciudad Mostro, enero 20, 2017